El feto tiene en su piel un vello fino que lo ayuda a conservar el calor.
La piel es rosada, transparente y tiene huellas digitales.
Se mueve, patea, deglute y puede oir las voces del exterior, fruncir el ceño, hacer muecas y ya cuenta con cuerdas vocales.
Los bulbos y el nervio olfatorio se forman completamente.