La necesidad de DHA durante el embarazo aumenta conforme aumenta la edad gestacional, ya que en la materia gris del cerebro, prácticamente tercio de los ácidos grasos son DHA y en la zona central de la retina fetal la mitad de los ácidos grasos que allí se encuentran son DHA.
En el periodo prenatal aumenta el riesgo de carencia de ácidos grasos Omega 3, ya que las reservas de los tejidos maternos suelen disminuir al utilizarse para el desarrollo del feto.